Sucede a veces que no nos entendemos. Comenzamos a dudar, a tener miedo... incertidumbre. Nos contra decimos a nosotros mismos permanentemente, no dan ganas de hacerle caso al corazón. Escapamos de los deseos. Aferramos las manos al presente, y el tiempo avanza en contra. Una lucha interminable. Y no sabemos como salir loco, no nos encontramos. Duele ya no ser fuerte, duele todo. No saber que sentir. Estamos perdidos en el interior. Un ser nos desgarra el corazón. De a poco oxidan esta armadura difícil de abandonar. Se comienzan a sentir vacíos innecesarios. Bajones. Se notan los problemas, el rostro pinta otra actitud que no es habitual. Sentimientos tornan a tener presencia. El camino muestra un desvío más (para variar) y seguimos con los ojos cerrados. Confiando en lo que desconocemos. Pongo esfuerzo y ya no sé para qué. Conocemos lo que pasa, la diferencia es que no queremos admitir lo que sentimos.
Alejarse de la realidad suena lo más facíl. Puede ser a veces lo más difícil que alguien pueda imaginar.
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